El joven príncipe y la joven princesa


Tirando de la cadena, la joven princesa obligó a caminar al joven príncipe para que la siguiera. Sabía que para él era difícil mantener el equilibrio, tenía las manos atadas a la espalda con gruesas cuerdas y una máscara le cubría el rostro, así que no tironeó demasiado fuerte cuando se pusieron en marcha. Era un muchacho muy alto y muy musculoso, diestro en el arte de la espada y la monta; su agilidad jugaba en su favor, así que cuando la joven princesa estuvo segura de que el joven príncipe podría soportar cualquier cosa que ella hiciera, tironeó más fuerte, haciéndolo trastabillar. Para su regocijo, el muchacho recuperó el equilibrio rápidamente y eso llenó de gozo a la joven princesa.

—Camina —susurró ella con autoridad, sintiendo un hormigueo de excitación bajo el vientre. El joven príncipe echó a caminar a pesar de que la máscara, sin orificios para los ojos, no le permitía ver nada.
Satisfecha, la joven princesa aceleró su paso para tensar la cadena. Era de eslabones de plata finamente elaborados, de dos metros de longitud, unida a una brillante argolla que iba sujeta al collar de cuero que se ceñía al robusto cuello del príncipe. Cada vez que ella tiraba de la cadena, el joven príncipe se inclinaba hacia adelante y tenía que recuperar el equilibrio usando solo las piernas, ya que los brazos iban amarrados a su espalda. A la joven princesa le encantaba este juego...

Lo llevó por el pasillo, tirando con firmeza de tanto en tanto para tratar de desequilibrarlo, pero él nunca acabó cayendo al suelo.

—Para —dijo ella entonces. Él se detuvo, estiró la espalda y se puso derecho.

El joven príncipe tenía el cuerpo cubierto de sudor por el esfuerzo de caminar a ciegas a merced de los caprichos de la princesa. Su fornido cuerpo estaba brillante y tenso, con los tendones del cuello y los brazos marcados sobre la piel. Resoplaba ahogadamente detrás de la máscara y su pecho desnudo subía y bajaba marcando el ritmo su respiración. La princesa se lo quedó mirando con atención, recorriendo su desnudez con mirada hambrienta, deleitándose con los brillos dorados que las lámparas arrojaban sobre las prominentes curvas de su esculpido torso. Bajó los ojos por su estómago y se detuvo en su regazo para contemplar a placer su erecto sexo, que apuntaba hacia ella como un dedo acusador. Se humedeció los labios de impaciencia, sintiendo que le bajaba un hormigueo por entre las piernas. Casi estuvo a punto de arrodillarse delante de él para llevárselo a la boca.

Casi.

Eso tenía que esperar, no podía hacer eso en mitad del pasillo aunque los dos lo desearan. Ya era bastante peligroso para el príncipe recorrer desnudo su propio castillo atado con una cadena al cuello guiado por la princesa, pero el riesgo de ser descubiertos era una experiencia excitante. Y una experiencia emocionante era lo que la princesa había prometido darle a su príncipe como regalo para su aniversario de bodas.Se acercó a él para posar una mano sobre su pecho. El príncipe se tensó al instante y, también como respuesta, su sexo reaccionó al contacto. Delicadamente, la princesa empujó con la mano hasta que el joven príncipe quedó apoyado contra el frío muro. La respiración detrás de la máscara se aceleró.

La princesa abrió la boca para hablar, pero cambió de idea y no dijo nada. Deslizó suavemente la mano por el pecho masculino, recorriendo con sus finos dedos las líneas marcadas y las cicatrices de guerra, descendiendo suavemente por la cordillera de sus abdominales, recorriendo los duros montículos. Sentía el corazón del príncipe en los dedos, pulsando a través de la piel caliente y erizada. Un gemido ahogado surgió detrás de la máscara y cuando ella le miró a la cara, pudo ver como tragaba saliva y su nuez se apretaba contra el collar de cuero, dificultándole la respiración. La princesa suspiró quedamente y siguió bajando hasta que, delicada como una pluma, sostuvo el hinchado miembro masculino. La tensión en el cuerpo del príncipe creció todavía más, las venas de su cuello se marcaron, a punto de explotar. La joven princesa reunió toda su fuerza de voluntad para no acariciarle o besarle o lamerle. Lo deseaba, pero todavía no era el momento adecuado para hacerlo. Lo haría cuando él se lo suplicara. Estaba deseando sentirle encima de ella, hundido entre sus muslos, penetrándola con rudeza con eso que tenía entre los dedos. Todavía le parecía sorprendente como algo tan grande podía caberle dentro, pero era precisamente el dolor que sentía cuando él la abría lo que más le gustaba. Ella era pequeña y prieta y él era enorme. Pero encajaban a la perfección, como una espada hecha a medida para su funda.

Dejó de tocarle y tiró de la cadena de nuevo. Él no lo esperaba y estuvo a punto de caer de bruces, pero adelantó un pie para mantenerse derecho. La princesa sintió que no podía seguir conteniéndose y empezó a caminar con paso vivo en dirección a sus aposentos. El príncipe la siguió a duras penas sosteniéndose únicamente con las piernas y caminando agachado porque ella le obligaba a correr de este modo. En el interior de la habitación, la princesa tiró con todas sus fuerza de la cadena, pero su delgada complexión no podía hacer nada frente al robusto príncipe. Este, por deferencia, se lanzó de rodillas al suelo, aterrizando sobre la alfombra y agachó la cabeza en señal de sumisión.

—Levanta —chilló ella, tratando de mantener el tono autoritario. Pero su excitación y su impaciencia la traicionaban. Como respuesta, el príncipe emitió un gruñido bajo la máscara y se levantó costosamente. Las manos a la espalda no le permitían mucha maniobrabilidad. Una vez en pie, la princesa lo guió de la cadena y lo obligó a subir a la cama. Tanteando con las caderas y las piernas, el príncipe subió a la cama y se tumbó de espaldas con la respiración agitada.

Con manos temblorosas, la princesa retiró la máscara deslizándola hacia arriba para tener acceso únicamente a su boca. No iba a permitirle ver nada, no esta noche. Ella era quién mandaba y él estaría bajo su poder hasta el amanecer. Observó su boca firme mordiendo un pañuelo que lo enmudecía y le besó los labios por turnos, primero el superior y luego el inferior, arrancándole guturales gemidos que provenían directamente de su garganta. Como le gustaba tenerlo dominado, como le gustaba jugar con él.

—Feliz aniversario —le susurró. El príncipe se removió sobre la cama y la princesa sintió que estallaría de gozo al ver al hombre desnudo completamente a su merced con todo el cuerpo a punto de explotar. Ya sin poder resistirlo más, deslizó la boca y la lengua por su pecho, saboreando el sudor salado y jugando a dibujar todos sus músculos. Quería atormentarlo y despacio, aguantándose las ganas, descendió poco a poco por su estómago, lamiendo cada uno de sus músculos, mordiéndolo y tironeando de su firme piel.

—Este es uno de mis muchos regalos para ti esta noche —susurró ella con voz melodiosa, metiendo la lengua en su ombligo. Él se dobló por la impresión y ella le dio un manotazo en el pecho—. No te corras hasta que yo te lo diga. Si lo haces, nunca más te dejaré entrar en mi boca, ¿me comprendes? —exigió. Él, después de controlar su respiración, asintió.

La princesa respiró por la nariz buscando serenarse. Estaba a punto de morir de impaciencia y era ella quién tenía el mando. Se inclinó sobre su miembro para hacerlo desaparecer entre sus pequeños labios. El príncipe se arqueó lanzando un grito amortiguado por la mordaza pero la princesa ya no podía parar. Necesitaba saber que era suyo, que ella tenía el control, el control de ese miembro delicioso le llenaba la boca y le rozaba la garganta. Palpitaba en su boca como un corazón, bombeando sangre a mil por hora y la respiración del príncipe era cada vez más jadeante. Incluso sus gemidos de placer más audibles, transformándose en aullidos.

—Dime lo que quieres y te lo daré —preguntó la princesa. Abandonó los besos de su ardoroso miembro para quitarle la mordaza de la boca y escuchar sus peticiones.


16 intimidades:

  1. guauuuu,Paty como siempre tus escritos son de lo mejor.ahora me pasare el día pensando en esas palabras, que aunque no dichas, quedan latentes. Pero yo las diré...Massss quiero masss, me ha encantado tu relato...Besisss

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    1. Gracias Charo :D

      Me cuesta inspirarme, si puedo os daré más de este relato. Es que tengo tantos frentes abiertos que ya no sé qué historias escribir xD

      Besos!

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  2. Bien por ellos. Desde luego, un aniversario debe ser diferente al resto de los días.

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    1. Bienvenida Tania ;)

      Por eso aposté por un aniversario "especial" para estos dos :P

      Besos!

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  3. Anónimo17:51

    Que juguetones : )
    Muy chulo y muy bien llevado.
    Un saludo.
    Rubenson.

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    1. Hola Rubenson,

      para mi este tipo de escenas ya son cosar y cantar, jajaja.

      Un saludo!

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  4. Que noche va a tener el joven príncipe!!
    Te quedó genial, tus descripciones son perfectas!!
    Creo que por allá arriba te faltó una palabra, puede ser? Donde dice: "Un gemido ahogado surgió detrás de la máscara y cuando ella le...
    Ay, me hubiera gustado saber qué quiere el principe :-P

    Besos!!

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    1. Síii, me faltó una palabra. Gracias por el aviso ^_^

      Creo que sabemos lo que quiere el príncipe, pero leerlo es otra historia! Jajajaja

      Besos!

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  5. Te juro que no entiendo estas cosas, no les encuentro encanto, jajaja. Pero cuando narras una historia así, más allá de lo que ocurra, realmente atrapa y se disfruta. He leído varias historias de sumisión y eso, y siempre me hacen reír, pero no en tus relatos uno se mete en el relato sin darse cuenta.
    Lo mismo que te dijo Patricia te iba a hacer notar.

    Bueno, te sacaste las ganas con la dominatrix :-P

    Besos!

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    1. Pues desde que escribo este tipo de historias, no sé escribir otra cosa xDD Si consigo no hacerte reir, es que el relato cumple su función y yo con mi trabajo. Y sí, por fin pude realizarme con el personaje de la dominatrix, jajajaja.

      Besos!

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  6. Muy buen relato y una excelente celebración de aniversario!!
    Un saludo!!

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  7. Me ha gustado mucho tu relato.
    Eso si que es celebrar un aniversario =)

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  8. Me encantó. Adoro la facilidad con que desarrollas estas escenas y hasta me has dado una idea para llevar a la realidad jeje. Me encanta como escribes. Tu blog es uno de mis favoritos. Un beso.
    Tu amiga: Nemi López

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  9. Un relato que atrapa desde el principio; escrito con una naturalidad y fluidez que permite relajarse y disfrutar. Una cosita me ha sorprendido gratamente: nunca hubiese asemejado el miembro viril con un "dedo acusador", me ha encantado.

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  10. Uffff!!! Soy yo o aqui hace calor!? Me encantan tus relatos, los amo, sobre todo de este tipo donde nosotros tomamos el mando y el control, y por amor al cielo dime que va a continuar, no hoy, no mañana, pero algun dia!!!

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    1. ¡Hola! Sorry, es un relato único :) No descarto una segunda parte, pero como sabrás, son tantas las cosas que quiero escribir, que no me da tiempo a todo jajaja

      Besos y gracias por comentar ^^

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