Relato presentado al Concurso de Dulce Cautiva para "El blog de las escritoras"
Retrocedo un paso. Su mirada me sigue atraída por mis movimientos. Exploto esta ventaja y me muevo de forma más sensual. Él levanta una ceja con repentino interés. Lentamente alcanzo la mesa y me fijo en que esa cosa brillante que había visto desde la cama era una navaja de afeitar. El mango es plateado con intrincados grabados de círculos y espirales. La aferro con las dos manos, la hoja está fuera y un destello hace brillar su filo.
William sonríe. Es como si lo tuviera todo planeado. Le lanzo una mirada de odio y levanto la navaja a modo de defensa mientras avanzo. Sigue en mitad del camino que debo recorrer para ganar la libertad, no se mueve.
- Déjame salir - le pido con la voz temblorosa. Levanta las manos y se hace a un lado, sin dejar de sonreír. Me mira de forma ardiente, sus ojos recorren mis desnudez sin ningún pudor. Me enfrento a su mirada con la navaja entre las manos, empiezo a caminar hacia la puerta, acercándome a él. Al llegar a su altura, no le quito la mirada de encima, vigilando que no mueva ni un dedo.
Pero lo hace, alarga la mano para tocarme y reacciono de forma involuntaria, lanzándole un tajo. La sangre salpica sobre su camisa blanca, el rojo tiñe la tela y la mancha se extiende, las gotas de sangre resbalan por sus dedos y a mi empiezan a temblarme las piernas. No deseaba hacerle daño, un escalofrío doloroso me sube por la espalda y se me eriza la piel. Mis propios nervios sienten el dolor del corte, mis dedos aflojan la navaja.
- Ha demostrado tener garras, Elizabeth, creo que la he subestimado - comenta sin perder la sonrisa. Levanta la mano, el corte recorre su mano y su muñeca, parece profundo y la sangre no deja de brotar. Ante mis propios ojos, la piel se funde, la sangre se coagula en cuestión de segundos y dónde antes había un corte, ahora solo hay restos de sangre y piel limpia. Ni siquiera hay una cicatriz. - ¿Sorprendida?
Ciertamente, lo estoy. Como una serpiente, su mano se mueve rápida y me atrapa de la mandíbula. Me arrebata la navaja con un gesto airoso y sitúa el filo en mi labio. Lo agarro de las manos para separarlo, pero no tengo tanta fuerza como él. Aprieta los dedos a mi barbilla y me obliga a abrir la boca, deslizando la hoja hacia el interior. Siento el frío acero en mi lengua, le miro horrorizada y él, con un brillo en los ojos, me pide tranquilidad. Acaricia mi lengua con el filo, soy terriblemente consciente de que un solo roce puede cortarme. Lentamente retira el cuchillo de mi boca y cuando creo que todo va a terminar, aprieta la hoja contra mi labio. Un ramalazo de dolor me recorre la espalda, la sangre brota y él la recoge con la lengua, para después besarme aliviandome el dolor. Rodea mi cintura con uno de sus brazos, estrechándome a su cuerpo. Su torso es fuerte y duro, su brazo firme, mi cuerpo demasiado delicado, me siento abrumada por las incontables sensaciones confusas que me invaden. Sus besos se vuelven húmedos, adictivos.
- L-lo siento... n-no quería... - balbuceo sin sentido, todavía culpable. Me obliga a recuperar la navaja y me sujeta la muñeca.
- No se hace así - explica llevando el filo de la navaja a su cuello. Intento soltar el arma pero su mano rodea mis dedos con demasiad fuerza. - Aquí es mucho más efectivo - aprieta el filo a su piel, me pongo en tensión, la sangre brota, quiero apartarlo pero resulta imposible.
Su zurda me sostiene la cabeza y vuelve a besarme. La situación es tan surrealista que no entiendo porqué lo hace, pero sus labios son ahora más ardientes, más húmedos, más vehementes. Desliza los dedos por mi espalda, siento el calor, es como si pasara una piedra ardiendo por mi columna. Mi mano atrapada entre sus dedos siente la sangre caliente que brota de su cuello, me aprieta a su pecho y siento esa misma sangre deslizarse como cera ardiendo entre mis pechos. Pero no puedo pensar en nada de eso, lo más espantoso es que solo puedo pensar en sus besos.
Mi mano libre se aferra a su cabeza y lo estrecho a mí, nos besamos desenfrenadamente. Tira de mis cabellos para separarme y me mira con ojos brillantes, sus dedos ensangrentados acarician mis labios heridos. Su sangre no sabe a hierro, es dulce, se asemeja a la miel. No tengo tiempo de pensar en este detalle, tan pronto la saboreo un aluvión de sensaciones inundan mi cerebro. No puedo evitarlo, su sabor me excita. Beso su pecho, saboreo otra vez su sangre terriblemente empalagosa. Me quema la garganta, pero la deseo con toda mi alma. Lamo su herida sin ningún decoro, arranco la camisa de su pecho y me fundo a su cuerpo. Sus fuertes brazos me rodean, sus manos acarician mi espalda, mi cintura y mi trasero.
Inspiro profundamente cuando besa mi cuello, el olor a sangre inunda mi mente. Siento sus dientes en mi garganta y luego un dolor agudo que me recorre todo el cuerpo. Me ha mordido, he podido sentir como sus dientes han atravesado mi piel y mi carne y como la sangre late violentamente entre sus labios. Siento como bebe de ella con terrible ansiedad.
Me tira sobre la cama, sus labios están llenos de sangre, mi cuerpo es un reguero de restregones carmesíes. Me mira con una expresión de lujuria y hambre que me hace temblar de puro terror. Se lanza sobre mí, me besa, me toca, me muerde uno de los pechos, lo estrecho a mi cuerpo deseando que beba de mi corazón. Sus dedos ardientes descienden por mi vientre y se meten entre mis piernas, penetrando sin resistencia.
Arqueo la espalda y suspiro de placer, él recoge mis gemidos entre sus labios, acaricio su lengua con la mía y siento sus dientes afilados y puntiagudos. Empieza a mover la mano entre mis muslos, acariciando lúbricamente mi interior, me muerde la boca, mi sangre se mezcla con su saliva; mis manos se clavan en su espalda, estrechándolo a mi pecho para que sienta mis temblores, un rugido escapa de su garganta y sus dedos no cesan en su empeño, buscan y rebuscan, acarician húmedos y frotan con tanta energía que empiezo a temblar de forma descontrolada.
Se aparta y me mira, le brillan los ojos. Cuando levanta la mano libre, la hoja de la navaja brilla con la luz de las velas. Estiro la mano hacia la hoja, él acaricia mi interior más despacio, observándome con atención. Mi dedo enguantado acaricia el filo, lo miro con lujuria, haciendo presión sobre la navaja. La tela se rasga, igual que mi piel y la sangre brota de la yema de mi dedo índice. El brillo rojo se refleja en la plata, él admira el color granate que se desliza lentamente por el acero, y, cuando muevo la mano, su mirada sigue el camino que mi dedo recorre hacia abajo.
Toco mi vientre, mi sangre caliente mancha mi piel, despacio dibujo una línea que desaparece entre mis piernas. William sonríe y saca los dedos, protesto por la huída pues me agradaba enormemente su tacto. Nuestras manos se rozan un momento en el mismo lugar. Se inclina sobre mí y lame la sangre que pinta mi vientre. Me arde el cuerpo, mis pezones anhelan una caricia o un beso, a falta de algo mejor, yo misma los acaricio. La diestra deja un rastro de sangre en mi entrepierna y él desciende a buscarla. Su cabeza se hunde entre mis muslos, mi índice va a su encuentro y él alivia el dolor del pinchazo con la lengua. Cuando ha terminado de deleitarse con el calor de mi sangre, me deleita con la furia de sus besos. Me retuerzo de placer, mis piernas atrapan su cabeza entre mis piernas, él se aferra a mis caderas y entre ahogados suspiros le suplico que no se detenga. Mis manos se enredan en su pelo, lo aprieto a mi sexo y me besa de forma salvaje con tanta lujuria que pierdo el control de mis emociones. Lo deseo, anhelo estar con él, ansío que me posea. Me asusto tanto por estas sensaciones que no puedo aguantar el placer y tengo un terrible orgasmo. Mi sexo late con violencia, William clava dos dedos dentro de mí y observa fascinado como me convulsiono. Me gusta como me mira.
- No te muevas - me dice, mordiendo uno de mis pezones. Despacio, retira los dedos de mi entrepierna, la habitación me da vueltas. Su lengua se desliza por el interior de mis muslos. Tenso el cuerpo cuando separa los dientes y muerde. Tengo un segundo orgasmo, me aprieta a su boca bebiendo el torrente que escapa de mis venas y el placer se alarga angustiosamente. Al cabo de un eterno minuto, se levanta con los labios manchados de sangre.
- Quieta - ordena mirándome a los ojos. Me quedo inmóvil.
El frío metal toca mi garganta, me estremezco, pero él vuelve a decirme que me quede quieta. Lo hago, la hoja desciende entre mis pechos y se desvía hacia la derecha. Cierro los ojos con fuerza, el filo acaricia mi pezón, un dolor recorre mi espalda, la idea de que me haga daño me provoca un miedo terrible, pero no puedo moverme, siento como si estuviese atada a la cama. Se desliza por la curva de mi pecho, es entonces cuando su lengua alivia la sensación de peligro allá por dónde desciende la cuchilla. Mi vientre, mi pubis, las sensaciones son tan violentas como excitantes.
- Abre las piernas - susurra en mi oreja, mordiendo mi lóbulo. Vuelvo a obedecer, la hoja, el filo del cuchillo, se desliza entre mis pliegues. - No te muevas ni un milímetro - advierte. Esto rígida como un palo, aguanto el aire, si respiro puedo moverme de forma involuntaria y sentir el dolor justo ahí. El filo acaricia mi hendidura, lo siento frío, brutalmente peligroso, esa mezcla de tensión y placer me está matando, cuando no puedo aguantar más, dejo escapar el aire. Un pinchazo sacude mi entrepierna. - Te has movido - dice con una risa levantando la navaja.
Abro los ojos y observo el filo, brillante, húmedo por mis propios fluidos y la sangre resbalando por la hoja. William se la lleva a la boca, saborea la sangre, mi humedad y se corta la lengua. Antes de que pueda darme cuenta, me besa. Algo frío vuelve a mi entrepierna, algo grande que penetra sin resistencia. Me arqueo por el placer, saboreando su sangre con la legua y siento sus dedos en la entrada de mi sexo. Entonces lo entiendo: eso frío que me penetra es el mango de la navaja.
La mueve hacia fuera, está frío, puedo sentir los relieves de su grabado. Vuelve a encajarla, lentamente, retorciéndola. Suspiro ahogadamente, él me besa sin dejar de mover la navaja, primero hacia dentro, luego hacia fuera, poco a poco el metal se vuelve ardiente y sus caricias se vuelven intensas y más rápidas. Muevo la cadera para sentir como entra, su ritmo aumenta y ya no puedo seguirle, solo puedo recibir placer y suplicarle que continúe, que no se detenga.
No lo hace, ni siquiera cuando empiezo a temblar, mientras un orgasmo sacude mis entrañas, él sigue penetrándome con la navaja, prolongando mi delirio. En mitad del clímax desevaina la navaja y desliza el arma entre mis pechos abriendo un fino corte desde mi esternón hasta mi ombligo. No he sentido dolor, tan rápido como retira el acero lame la herida saboreando la sangre. Mi sexo tarda unos minutos en dejar de temblar y tengo la impresión de que el deseo no desaparecerá nunca. Se tumba a mi lado y deposita el arma sobre mi vientre.
- Te lo regalo - susurra en mi oído.
Una dama al acecho de Esther Hatch (Proper Scandals #1) narrado por Sonia
Román
-
Sinopsis:
¿Una gran belleza puede ser una desgracia? Para Grace, sí, la envidia que
genera en otras mujeres hace que la vean como enemiga. ¿Será encontr...
Hace 6 días
Bueno, tras una larga sequía, subo este relato para un concurso antes de proseguir con las demás series abiertas.
ResponderEliminarUn saludo a todos :3
Uf k intenso chica!, me has tenido en todo momento en tensión con el corazón en un puño jejeje.
ResponderEliminarMe ha gustado muchisimo, como todo lo k escribes. Seguro k no necesitas k t desee suerte, jejeje.
Bueno reina, mañana pongo tu enlace pa k de comienzo las votaciones. Un besazo y hasta pronto, muak!!!.
P.d.: Gracias x konkursar!!
Uhm... y este señor, ¿cómo se llama? Alguien que te pone los pelos de punta con una navaja y a la vez te da un orgasmo debe ser digno de mención XD
ResponderEliminarEste señor se llama William, y es el protagonista de la novela que estoy escribiendo en estos momentos... aunque no sé cuando conseguiré terminarla xD
ResponderEliminarUn saludo! ^^
Un relato interesante con un clímax realmente conseguido. Quizás, y lo digo con todo el respeto, la historia se demora en exceso hasta llegar a ese punto.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues me has dejado con ganas de seguir conociendo a este señor, jajaj
ResponderEliminarWenisimo el relato, muchos besotes, wapa
No sé si llegué a comentar o al final cerré la ventana antes de tiempo, jaja
ResponderEliminarBienvenido Marlowe :) Lo más importante en este tipo de relatos no es el clímax, sino todo lo anterior. La forma de llegar a él es lo que realmente interesa :D Gracias por tu visita!
ResponderEliminarHola Valnelia. Sí, tu comentario llegó, tranqui ;) Pues sobre este personaje leerás en cuanto pueda terminar el libro dónde aparece como protagonista (y hace cosas aún peores que esta :P) Un saludo ;)
Excelente relato!! Más allá de la historia, está muy bien escrito. Te felicito!!
ResponderEliminarBesos!!
No me gusta hacer críticas negativas porque sé que pueden levantar polémica y tambien ofender al escritor o escritora que ha dedicado todo su esfuerzo a ello. Sin embargo, algunas veces es necesario señalar los errores a los demás para que aprendan de ello y puedan corregirse... ya sabeis eso de "es más facil ver la paja en ojo ajeno que en el propio".
ResponderEliminarAun así, a este relato no le encuentro nada que reprochar. Tiene un toque masoquista que logra hacer la historia más excitante, eso me ha encantado.
Todo esto lo digo por el comentario de Marlowe. Siento decirte que estoy totalmente de acuerdo con Paty C. Matin, en este tipo de relatos lo importnate no es el clímax, sino la forma de llegar a él.
He de añadir que no tengo experiencia a la hora de escribir este tipo de relatos (no penséis que doy consejos porque me creo la gran escritora), pero sí he leido mucho, tanto de este género como de otros y creo que eso me da el derecho y la oportunidad de criticar algunos escritos, de alabar otros y de abtenerme de comentar en otros, siguiendo mi propio criterio que me he ido forjando con mis lecturas y experiencias y que sigo haciendolo.
Y para terminar, después de toda esa parrafada, desearte suerte en el concurso. Aunque estoy de acuerdo con Dulce Cautiva y no creo que la necesites. He leido todas las historias que se han presentado, unas me han gustado más, otras menos, pero ya he decidico por quién voy a votar. He de admitir que antes de leer tu relato no sabía por quién decidirme, pero me has dejado impactada. Ya había leido muchos de tus relatos, algunos que me resultaron graciosos como el de la chica que se lía con el repartidor y llega su madre que por fortuna no los descubre (no recuerdo el título), y la verdad es que al ver de quien era la historia espera algo realmente bueno, pero esto ha superado con creces todas mis expectativas.
No sé si saldrás ganadora o no, pero aun así, muchas felicidades por esta obra maestra!!
Tal vez consideres que aun le falta para ser una obra maestra y no te lo negaré. No me malinterpretes, no me estoy contracidiendo, pero algo que siempre he defendido es el no creerse nunca que algo ya está todo lo perfecto que podría estar, porque así solo conseguiremos que nuestro trabajo se estanque y no crezca. Siempre es posible mejorar.
Aun así, te lo repito: Felicidades!!
Demasiado intenso!!! si que William sabe como volver desenfrenada a Elizabeth con usar esa arma filosa una navaja! dios! eso fue -repito- muy muy intenso de principio a fin!
ResponderEliminarMucha suerte!!
Bienvenida, Maga de Lincourt. Muchas gracias por tu visita y tus palabras, me alegra que te gustara. Besos ;)
ResponderEliminarHola Marijose. Gracias, tu opinión ha sido importante para mi. Todavía estoy en proceso de mejorar y todos mis relatos, los nuevos y los anteriores, necesitan mejorar. A veces incluso siento que yo misma me pongo el listón muy alto y trato de superarme siempre que escribo algo nuevo. Y es ese reto lo que me hace seguir adelante :)
Soy de la opinión que en un relato de este tipo tiene que haber mucha tensión. No puede ser un súbito clímax y ya está, el relato debe tener una introducción, un desarrollo lleno de absoluta tensión para enganchar al lector hasta el final y luego un breve desenlace.
El relato que comentas, es una serie de 13 relatos (13 juegos de provocación) inspirados en un autor de cómic erótico. Estoy en proceso de escribir los siguientes y continuar esa serie. Es interesante porque trabajo desde unas ilustraciones y tengo cierta libertad para inventar lo que desee.
Saludos, Dulce Maria. Me alegra que haya sido tan intenso para ti, mi idea siempre es hacer algo intenso de principio a fin y tratándose de vampiros, que tienen una paciencia abrumadora...
Gracias a todas por comentar ^_^
Un saludo :**
me ha parecido increíble, el juego con la navaja, el vampiro... sencillamente genial!
ResponderEliminarUn relato muy intenso.
ResponderEliminarAunque creo que William y ¿Elisabeth, puede ser el nombre de ella? son un poco especiales al jugar de esa manera con una navaja.
Mucha suerte
Er... bueno, debo explicar que no están jugando. Elizabeth quiere escapar de William y lo amenaza con una navaja. Pero él se la quita y al final pasa lo que pasa. Además, William es un vampiro experto y sabe utilizar armas de filo para lo que le conviene :D
ResponderEliminarUn saludo ;)
hasta la fecha no tenia la oportunidad de ver tu trabajo y puedo decir que desde ahora voy a pasar por tu blog!
ResponderEliminarEste relato es único en este concurso hay pareja de chicos,sexo de una noche,amor entre compañeros y muertes en otros.Pero no hay nada como el tuyo !
Mis comentario siempre termina con mucha suerte en estos casos.Pero tu trabajo no necesita suerte...es lo mejor .besos
Me ha conseguido angustiar la historia de la navaja, es absorvente este relato, e increiblemente sutil.
ResponderEliminarSuerte en el concurso
Ahi está mi escritora favorita!!!! muchísima suerte.
ResponderEliminarYo como siempre te leo y te sigo perdiéndome en tus letras.
Gracias por tus ánimos en estos momentos difíciles. Un besazo enorme Paty.
He quedado anonadada, impresionada, emocionada! es realmente atrapante de principio a fin y William es todo un experto. Me encanto este relato. Definitivamente eres una gran escritora.
ResponderEliminarMadre mía cuantos comentarios tan lindos tienes!!!, jejeje. ¿Ves que bien te vino eso de konkursar?, y mira k tardaste lo tuyo en animarte y enviarme el escrito, jejeje. Por poco más t kedas fuera!!!, menos mal k no fue así, o sino nos hubieramos perdido esta gran obra maestra... aunke he leido x ahí k piensas escribir una historia sobre ella... k ganas de hincarle el diente!!!, espero k pronto cuelges algo más sobre este personaje... William me tiene cautivada!, jejeje.
ResponderEliminarY... ¿que pasa con Reincidencia?, ¿para cuando otro capi?, mira k me tienes enganchada a esa historia...
Bueno perla, anoche hice la entrada anunciando tu victoria bien tarde y pensaba venir a decirtelo hoy mismo y voy y me encuentro con k t me adelantaste jejeje. Decirte k en la misma entrada donde anuncio k has sido la ganadora puse este mensaje para ti, pero como veo k se pasó de alto:
"Paty, déjame un comentario con tu dirección (no lo haré público) y cuando me lo hayas dado, se lo entregaré a Karol Scandiu y ya cuando ella pueda te lo enviará."
Eso mismo, jejeje. Aunque t aviso k Karol está ahora mismo malita, así k no sé lo k tardará en enviarte el paquete...
Bueno, esperaré tu comentario para comenzar con el trámite.
Saludos guapa y pasa un lindo día, muak!!!
Hola!! ante todo quiero felicitarte por ganar el concurso de dulce Cautiva^^.
ResponderEliminarTu relato es el unico que he leido, esque ando sin tiempo, pero como eras la ganadora tenia curiosidad...
En serio...uff, me has dejao medio muerta...jajaja menudo climax mas intenso, ese toque masoquista....le da un aire...uff...
Me encantó en serio^^
Por cierto tu prota se llama como el mio^^, William es un gran nombre para un vampiro...jajajaja
Un beso enorme, y estas invitada por mi morada^^
Bienvenida, flor y muchas gracias por tu comentario. Siempre intento que un relato de vampiros sea algo diferente a lo habitual :)
ResponderEliminarHola Francisco Javier, gracias por tu visita y comentario. Que no te angustie, no ha sido tan traumático :P
¡Hola Princesa! Espero que todo te vaya bien y te mando nuevos ánimos desde aquí. Quiero verte aquí siempre :D
Bienvenida Paola, muchas gracias por tus palabras.
¡Dulce! Gracias por el concurso y gracias por la oportunidad. Esperaré ansiosa ese libro, te avisaré cuando lo tenga ;)
Hola Princess of dark, bienvenida a este blog. Me agrada que te haya gustado la historia. William es un nombre con mucho porte, incluso para un vampiro. No puedo ponerle nombres cortos a un tipo tan grande como William, jaja.
Un saludo a todos ^_^
Ay, Paty, para una adicta a la sangre como yo... esto es muy malo... malo en el sentido de que quiero MÁS....
ResponderEliminarMuy bien escrito, muy bien desarrollado, excelente la tensión y la descripción -¿cómo decirlo¿- lenta de la escena.... Creo que es la clave.
Me ha encantado..
Besote!!
Madre mia que intensidad, me tenia prendeda.
ResponderEliminar