Razones para leer: La locura de lord Ian MacKenzie

Antes de nada, debo hacer una advertencia sobre esta reseña y es que cuento con la participación de tres buenos amigos para hacerla. Juntos formamos un club de lectura, dónde cada mes leemos un género diferente y en Abril, tocaba leer y reseñar un género romántico. Como llevo haciendo reseñas durante un tiempo, decidí que fuese cual fuese la novela elegida, tanto si era una novedad como un clásico, lo reseñaria en este blog. Por lo tanto, tras un breve debate y entre las propuestas que teniamos para leer, elegimos "La locura de lord Ian MacKenzie". Fue una aportación mía, ya que había leído reseñas dónde ponían esta novela por las nubes de fantabulosa y me llamaba la atención la locura del protagonista. Supongo que fue este el punto que nos hizo votar a favor de esta propuesta. Pertenece a la colección Phoebe de la editorial Pàmies, a la que debo agradecr este fantástico ejemplar.

La reseña la voy a dividir en dos partes, primero haré una reseña como las de siempre y luego sacaré las conclusiones a las que llegamos los cuatro juntos durante nuestra mesa redonda particular (con spoilers, así que salvo que vayáis a leerla, no leais esa parte). Finalmente, haré una valoración general y las razones por las cuales merece ser leída esta historia.

La locura de lord Ian MacKenzie
1881. Los cuatro hermanos Mackenzie son ricos, poderosos, peligrosos, excéntricos y… escoceses. Los escándalos y rumores que les envuelven, las habladurías sobre sus amantes y sus oscuros apetitos, tienen alborotado a todo el país. Cualquier dama sabe que si es vista con uno ellos perderá la reputación de inmediato.

El menor, lord Ian, es conocido como el Loco Mackenzie porque ha pasado gran parte de su vida recluido por su tiránico padre en un sanatorio mental. Sin embargo, eso no impide que sea un hombre fuerte y atractivo con una gran inclinación por las tazas de porcelana de la dinastía Ming y las mujeres hermosas.


Beth Ackerley es una joven viuda que acaba de heredar una gran fortuna tras una infancia desafortunada y un breve, pero feliz, matrimonio. Ahora, Beth ha decidido que no quiere más sobresaltos; sólo desea vivir en paz, viajar, ayudar a los desfavorecidos y recordar con cariño a su fallecido esposo.


Pero entonces, lord Ian Mackenzie irrumpe como un vendaval en su vida y decide que tiene que ser suya…


Estamos ante una novela catalogada como histórica, o romántica histórica, en un entorno muy clásico (el romance de regencia, ya sabeis, lord y lady), dónde tenemos a un grupo de ruidosos escoceses merodeando por la elegante Londres: los MacKenzie. Cuatro hermanos que, podriamos decir debido a una infancia traumática, han sobrevivido a las circunstancias de formas distintas. El pequeño de los cuatro hermanos es Ian, quién quizá padece un trastorno más evidente que el resto de sus hermanos mayores (hablaremos de ello más adelante). Ian padece el Síndrome de Asperger, un trastorno autista que le viene de nacimiento. Tiene dificultad para entender las emociones, para socializar o para comunicarse y es incapaz de mantener el contacto visual con una persona (entre otros detalles). Este síndrome, sin embargo, le permite poseer otras habilidades, como es una inteligencia superior a la media, una memoria fotográfica y una profunda compresión de la lógica, así como la habilidad de percibir detalles que otros a simple vista no serían capaces de ver.

A la edad de nueve años, Ian fue internado en un sanatorio mental por su padre, el duque de Kilmorgan, en Escocia, quién encontraba extraño e irritante el comportamiento de su hijo (como por ejemplo, señalar lo evidente, algo que para Ian es lo normal). Hablamos de un sanatorio del siglo XIX, con lo que podemos hacernos una idea aproximada de los tratamientos que tuvo que sufrir (baños fríos, ataduras, corrientes electricas, entre otras lindezas) y de lo que tuvo que soportar. Ya un adulto, Ian fue rescatado por Hart, el hermano mayor y heredero del título de duque, que a la muerte del padre logró convencer a los médicos de que ya estaba curado. Ian regresa a un mundo demasiado extraño para él y comienza a socializar a su manera para integrarse en la sociedad británica, y es allí dónde conoce a Beth.

Esta protagonista femenina procede de un entorno humilde, pero un golpe de suerte la lleva a heredar la fortuna de la dama para la que trabajaba, elevándola por encima del estatus social que tenía. Al haberse criado entre la gente normal, sigue siendo una dama, pero no se espanta ante nada, ni siquiera ante el extraño acoso al que la somete Ian MacKenzie, un hombre extraño que dice las cosas tal y como son. Rápidamente se siente atraída por el divertido Ian, que nunca la mira directamente y se pierde con facilidad cuando trata de entablar algún tipo de conversación.

Lo que más me ha gustado de la novela es el planteamiento inicial. La forma en que Ian decide que quiere conquistar a Beth, utilizando una lógica aplastante, tomando a la mujer como una valiosa pieza que debe formar parte de su colección, así como unos misteriosos asesinatos que parecen haber sido cometidos por Ian. Por esa razón, el inspector Fellows, detective de Scotland Yard, lo perseguirá por Londres, por París y por todo el país para esclarecer los crímenes. Ian no recuerda nada de aquellos crímenes, aunque más bien no quiere recordar, porque su memoria fotográfica le trae a la memoria cosas que prefiere olvidar.  Por eso se siente incapaz de hablar abiertamente de esos asesinatos, por que no sabe si realmente es el culpable.

El escenario de esta novela trae una gran variedad de personajes. Desde mi punto de vista, me ha parecido un exceso y todos estos personajes, con mucha profundidad, quedan eclipsados sin tener ni un solo momento de gloria. Del mismo modo, encuentro algunas descripciones totalmente irrelevantes y otras que son necesarias pero que no aparecen. Tanto personaje de aquí para allá, caminando entre los distintos escenarios, genera algo de confusión y da la sensación de que solo están de paso para futuras apariciones estelares. Y es que algunos personajes aparecen para que la siguiente escena tenga lugar y eso no resulta plato de buen gusto. Esto tiene su explicación y es que esta novela es la primera de una serie de cuatro historias más, tituladas Highlands Pleasures, dónde cada libro tiene como protagonista a uno de los hermanos.

Un punto negativo de esta novela son sus escenas eróticas. Sí, está mal que yo lo diga, pero tanto sexo nubla la vista y lo mucho cansa. Yo esperaba una novela romántica con poco erotismo o mucha tensión sexual, con una única escena ardiente que sea trascendental para sus protagonistas. Pero parece que el verdadero problema de Ian es que está loco por el sexo... Las escenas, en sí muy bien llevadas, no tienen mucho sentido dentro de la trama. Y se sigues añadiendo escenas ardientes cada dos páginas, sin tener en cuenta todo lo demás, haciendo que se pierda un poco el interés en estas partes.Quizá si hubiese sido una novela erótica o romántica, no catalogada como histórica, no me habría saltado el libro de las manos cuando Ian empezó a decirle "cositas" a Beth cuando ni siquiera la conocía.

En general, una historia que promete mucho, pero que flojea un poco al final y no compensa todo lo leído. Te quedas con ganas de saber más de los demás personajes: mucho carisma pero poco uso de ellos. Y las escenas eróticas, que están muy bien, carecen de interés (aunque me llama la atención todas las capas de ropa que hay que quitarse de encima para llegar a lo que hace falta). El punto positivo es que la lectura es amena, la ambientación está muy cuidada y la novela entretiene.


**Debate del club, SPOILER ON (si no has leído el libro, salta esta parte)**
Llegamos a la conclusión de que Ian MacKenzie es un personaje que padece un trastorno, pero un trastorno que no está bien manejado. Si se supone que no es capaz de percibir emociones, no puede amar, no puede estar alegre, resulta raro que esté tremendamente agracedido con su hermano Hart hasta el punto de protegerle a toda costa. No puede mentir, pero aún así, se guarda la verdad sobre su hermano, lo que resulta contradictorio. La autora parece haber utilizado el recurso de este retraso en Ian solo cuando le convenía. En algunos momentos era tremendamente brillante y en otros simplemente parecía tonto. Desde mi punto de vista, el síndrome de Asperguer retratado en este personaje no responde realmente a una persona con este problema. Creo que aunque es un recurso muy interesante, una "locura" real y muy psicológica, parece que la autora ha escogido sólo los puntos que más le interesaba del Asperguer para poder utilizarlos en la historia y evitar problemas con los demás. Los momentos de lucidez y el hecho de que pudiera discernir la realidad según el momento no resulta convincente. Además, parecía que el Asperguer era el único defecto de Ian, porque en todos  los sentidos era un superhombre (super guapo, super atractivo, super entrañable... ¿cómo es posible que posea una musculatura de acero cuando ni siquiera iba al gimnasio?) y tiene un exceso de perfección (pero de esto pecan todas las novelas románticas, que los especimenes masculinos son perfectos, por lo que no debería ser un punto negativo de la historia).

La intención de crear un personaje tan distinto, novedoso y muy interesante, ha jugado en contra de la autora, que no ha sabido manejarlo y al final ha terminado estirándolo para tratar de hacerlo creíble, pero sin conseguirlo debido a la simpleza con la que trata de cerrar la historia.

La información que nos aportan de Beth Ackerley empieza siendo muy pobre al principio y poco a poco van revelando detalles sobre la misma. Beth es una mujer de su tiempo, pero como una buena protagonista tiene que estar muy adelantada a su época y no ser una dama remilgada cualquiera. Que acepte las palabras de Ian, cuando este empieza a soltarle cosas picantes sin venir a cuento, que no se desmaye o se escandalice resulta creíble para la historia. Pero en el momento en que te explican que su primer marido es el vicario de la Iglesia en la que ella trabajaba... ¿Perdona? ¿Qué el señor cura le enseñó los misterios del sexo? Entiendo que le explicase los misterios de la biología reproductiva, pero de ahí a ser un cura tan liberal que practicaba el amor libre... ¿En serio? ¿No había otra profesión?

La familia Mackenzie llama la atención por sus diferentes personalidades y son muy interesantes. Cada uno de ellos destaca en un campo: Hart un duro politico, Cameron un entrenador de purasangres, Mac un excelente pintor. Aún así, describir a tantos personajes para luego no hacer nada con ellos, conducirlos de un escenario a otro, sacarlos para que digan una sola frase y luego no verlos más, acaba cansando y al ser algo tan reiterativo no convence (y se nota demasiado que es el primer libro de una saga y que hay un personaje para cada libro) Se presta excesiva atención a tantos personajes secundarios; otros personajes importantes, como Curry, no tienen ni una sola descripción. Un ejemplo claro es el amigo gay de Ian con el que se encuentran en el casino en París. Hacen una detalladísima descripción y solo aparece en cinco páginas, porque despues no se le vuelve a ver (y seguramente se le verá en cualquier otro libro, pero en tal caso, ¿no habría sido mejor después?)

El giro argumental de que el inspector Fellows sea un hermano bastardo y por eso guarde un profundo rencor a la familia es el recurso más fácil que podía haber hecho. El odio que sentía al comienzo de la novela parecía real y más profundo, de hecho, al no haber dado ningún detalle parecía que el rencor venia de lejos y su motivación era fundamental. Sin mayor motivación que odiar a la familia porque sí... el personaje daba para mucho más.

Sobre la trama del asesinato, su resolucion es corta y sin sustancia. Hacia el final de la historia parece que se vuelve interesante, sin embargo termina de golpe en unas pocas páginas. Cuando la autora presenta el personaje de Fellows, junto al asesinato y las fundadas sospechas que tiene sobre Ian, la forma en que acosa a Beth para que espíe a los MacKenzie, es uno de los mejores pasajes del libro y en él la autora realiza unas promesas de un misterio que, por desgracia, no acaba cumpliendo: promete algo que luego no da. Se reserva durante demasiado tiempo el momento de revelar al verdadero asesino y la autoría de los crímenes es demasiado evidente. Además, está desvelada de forma que amarga y carece de toda importancia. Que cada asesinato esté cometido por personas distintas tampoco es atractivo porque durante todo el libro da la impresión de que están relacionados. Las escenas finales con acción son confusas y los personajes parecen teleportarse sin problemas de un lado a otro, sabiendo en todo momento dónde están los malos, quién ha secuestrado a Beth y quién la va a matar. Que Ian pudiese deducir magicamente dónde se encontraba Beth no entra dentro de lo creíble.

En resumen, más de un tercio del libro se dedica a preparar a personajes para futuras novelas. El otro tercio es sexo y el resto un remiendo de todos los frentes abiertos al comienzo. Si la novela pretendía ser histórica y romántica, tendría que ser más histórica y más romántica. Se hecha demasiado de menos que Ian, al padecer una dificultad para socializar, tratase de esforzarse por cortejar a la dama en cuestión. Que Beth acepte la locura de Ian sin extrañarse y confiando en él sólo porque es un hombre atractivo que se atasca cuando habla, no termina de llenar.

La novela está muy destinada a su target, y peca de tener una cantidad excesiva de fanservice: una mujer adelantada a su tiempo, inteligente, sensible y comprensiva; un hombre atractivo, inteligente y sensible, con ese toque de "no puedo cambiar por ti" pero que al final se enamore perdidamente de ella (y recordemos que él nunca podrá saber lo que es el amor, porque no lo comprende, ya que carece de empatía). En definitiva, esta novela sólo me ha gustado a mi, mientras que al resto de mis compañeros les ha parecido una historia sin sustancia que no aportada nada. Aún así, la lectura ha resultado entretenida y el debate muy jugoso.
**SPOILER OFF**


Mac MacKenzie es el protagonista del segundo número, "El escandaloso matrimonio de lady Isabella", el cual ya he leído y tendré la reseña para esta semana. Highlands Pleasures tiene cuatro historias más:  Cameron será el protagonista de The many sins of Lord Cameron (un título muy sugerente). El que tengo más interés en leer es el de Hart MacKenzie, The Duke's perfect Wife (que ha aparecido este mes de abril en USA), porque sus gustos sexuales son muy interesantes (traducción para mis seguidoras: es dominante, ¿a que ahora es más interesante? :P) Existen, en proceso, dos libros más de la serie MacKenzie, que podéis ver en la web de su autora, Jennifer Ashley.

Recomiendo  la serie porque a pesar de no tener ni pies ni cabeza y ser un poco simplona, se agrace una historia erótica de este calibre. Si hubiera sabido que contenía tantas escenas no me habría resultado tan impactante, pero de verdad que no las esperaba. Y aún así, contiene menos de las que imaginaba que contendría cuando al principio de la historia empiezan a hablar de pechos sin venir a cuento. Pero si vas con la premisa de que vas a leer una historia con mucha erótica, dónde los protagonistas llevan faldas escocesas (es la primera vez que leo algo de highlanders, que por lo visto se lleva mucho en la novela romántica, ¿será por el kilt?), supera con creces cualquier espectativa. Recomendada, a pesar del disgusto de mis compañeros ;)



Autor: Ashley, Jennifer
Colección Phoebe
320 Pag.
PVP 16.95 €
ISBN 978-84-96952-85-0
Rústica 15 x 23cm


3 intimidades:

  1. Muchas gracias por una nueva reseña!! Y como bien has dicho me salto porque no he leído el libro y lo quiero leer!!!
    Me haré con él ;)
    Un beso grande!

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  2. He escrito en el blog de Noelia que no era muy aficionada a las reseñas, pero al ver tu comentario he leído las tuyas y, la verdad, me han gustado mucho, pues van más allá de hacerle la pelota a la amiga de turno (no sé si eso le molestará a alguien, pero es una sensación que tengo a menudo). Respecto a la Locura de... estoy completamente de acuerdo contigo. Todo el mundo la pone por las nubes y cuando la leí, qué decepción. Me pareció todo bastante absurdo y eso me molesta mucho cuando leo una novela. En fin, que para gustos los colores. Un saludo. Te seguiré.

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  3. Hola Isabel, bienvenida ;)

    Pues yo tampoco soy aficionada a las reseñas, porque tengo la sensación de que han babeado por el libro que han leído o bien porque ponen de qué va y ya está sin profundizar en ello. Yo, cuando leo una reseña, quiero que me digan los pros y los contras, lo bueno y lo malo, para así poder hacerme más o menos una opinión.

    Esta novela de La locura, pues me gustó, pero no es tan fantástica como yo esperaba; eso no es culpa de nadie, quizá mía por generarme unas espectativas muy altas.

    Gracias por seguir, un saludete ^^

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