Buenos días :) Hoy vengo a hablar de los personajes de la novela Baila para mí, que como ya sabéis sale publicada el 18 de abril con el sello Phoebe de Ediciones Pàmies. Espero que os guste. ¡Ya falta menos!
Quería que Baila para mí fuese una historia erótica. Al principio, muy al principio, lo era más de lo que es ahora. Como siempre que trabajo una idea, empiezo a desarrollar los personajes basándome en arquetipos para después colocarlos en una escena, habitualmente erótica. Así es como trabajo los relatos del blog Cuentos íntimos y ahora también es cómo doy inicio a una novela. Después, mucho después, es cuando «regulo» la intensidad de la historia o el nivel de erotismo que quiero que tenga.
Quería hablar del despertar sensual de una chica que ha vivido siempre bajo la fantasía y el glamour de la danza clásica. Una chica de buena familia, responsable, perfecta, con un gran defecto interior: falta de pasión, de emoción. Su pareja, en total contraste con ella, debía ser un chico de clase baja, canalla y con un pasado lo bastante turbio como para que la protagonista sintiera que acercarse a alguien como él fuese un acto de rebelión contra las normas impuestas de su familia.
Al principio de los tiempos, Evangeline y Tom se llamaban de otra manera. Al principio de los tiempos, Eva y Tom eran amigos y tenían una relación secreta de fraternidad, sin llegar al nivel sexual. Para Eva, Tom era una distracción en su día a día, divertido, diferente; él acostumbraba a tomarle el pelo a Eva porque era muy fácil hacerla enfadar, era demasiado sensible, ingenua y soñadora. Hasta que el roce hizo el cariño y acabaron saliendo juntos. Después de un año de trabajo y ver que no avanzaba, lo borré todo y volví a empezar de cero.
Quería que fuese una historia de ballet, de superación, y no una sucesión de escenas de sexo a cada cual más variopinta y acrobática. El componente erótico debía permanecer en segundo plano, la historia no lo necesitaba a pesar de formar parte de la evolución personal de la protagonista.
Ella: Evangeline Holmes
Necesitaba un nombre con clase, elegante y delicado, con un diminutivo. Su apellido debía ser fácil, nada sofisticado. Tenía que ser joven, pero no demasiado. Su edad tuvo algunas variaciones, lo único que se mantuvo fue su estatus dentro de la compañía de ballet: el cuerpo de baile. No podía tener más de veinticinco, sería demasiado tarde para despegar; tampoco podía tener dieciocho, sería demasiado joven. Necesitaba que Eva hubiera pasado algunos años siendo parte del cuerpo para que se sintiera frustrada por su situación, por no avanzar a pesar de sus esfuerzos.
Su educación debía ser muy estricta. Hija pequeña de una gran familia de la high society británica, casi de la aristocracia. Padres rígidos, hermanos acumulando éxitos. Eva formaba parte de la élite y ese hecho debía pesarle, debía sentir el agobio y la presión del entorno. El ballet era su único medio de expresión y en esa faceta de su vida jugó un papel importante Florence Fontaine, su abuela. Una prestigiosa bailarina, coreógrafa, maestra y directora de la compañía Royal Ballet, con una personalidad lo bastante fuerte como para que Eva soñara con llegar a ser como ella.
Forjada por la disciplina, la perfección, los buenos modales, Eva debía poseer una técnica perfecta; su abuela tenía que haberla moldeado para ser la mejor bailarina clásica. Su mayor defecto: la falta de pasión.
Eva jamás ha roto las normas, jamás se ha portado mal, jamás ha hecho nada mal. Por eso no puede bailar improvisando, su cuerpo se mueve y actúa de forma natural a los movimientos aprendidos. Odia el caos, la aterra dejarse llevar, no soporta fallar. Cuando se trata de técnica es brillante, pero fuera de eso, es insegura. Pero está llena de sueños y esperanzas y desea luchar por lo único que ama con todo su corazón: el ballet.
El amor o el sexo no formaban parte de su vida porque, sencillamente, no se había parado a pensar eso. Debido a la presión de su madre por encontrar un pretendiente, Eva decidió dejar de lado esa faceta de la vida y se perdió en el ballet, dejado de lado todo lo demás.
Tom debía ser el hombre que le hiciera ver todo lo que se había perdido.
Él: Tom
Un nombre corto, de una sílaba, seco; como el carácter del personaje. Ni siquiera busqué un apellido hasta que no terminé la novela. Tenía que ser un tipo duro, cortante, abrasivo, que pudiera provocar a Eva con sus malos modales y un comportamiento que la sacara de sus casillas. Su pasado es lo que siempre tuve claro desde el principio. Nada turbio, nada oscuro, solo un error de juventud que lo cambió por completo y lo hizo evolucionar, convertirse en lo que es ahora.
Tenía que ser un chico interesante, bocazas. Joven, aunque no demasiado dado su pasado. Autosuficiente, responsable, independiente. Quería que hubiera encontrado redención después de la oscuridad, que a pesar de encontrarse totalmente solo, tuviera gente que lo apoyara. Porque siempre he visto a Tom como una persona leal, esa clase de amigo que le rompe las piernas a cualquiera que te haya hecho daño. Que no tuviera problemas a la hora de escandalizar o de decir las cosas, que fuera muy directo.
Y en el fondo, tenía que ser un hombre protector. Que usara el humor y la provocación para arrancar una sonrisa, optimista, que supiera lo que era sobrevivir. Que a todo lo que hiciera le pusiera pasión, que fuera totalmente opuesto a Eva. Dónde ella era rectitud y calma, él debía ser caos, un torbellino de emociones.
También tenía que ser castaño, de ojos marrones. Nada extravagante en su aspecto. Tenía que tener el pelo un poco largo, casi desgreñado, y lo más importante: barba. Porque los protagonistas siempre van perfectamente afeitados o con barba de dos días. No, él no, él tenía que tener barba cerrada y bien cuidada. Y su anatomía, robusta, debido precisamente a su pasado. No podía ser perfecto como un bailarín de ballet, pero si musculoso para que Eva se sintiera atraída por él. Por su figura imponente. Porque Eva ha vivido siempre rodeada de belleza y perfección.
Podéis leer el artículo completo en el número 41 de la revista RomanTica's Magazzine :)
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Gracias por la presentación de los personajes, tengo ganas de leer este libro.
ResponderEliminarUn beso