Razones para leer: Casualmente Valentina

Buenos días. Hoy os traigo la reseña de la tercera novela que Elena Garquin ha publicado con Phoebe, Casualmente Valentina. Su primera novela, La heredera (podéis leer la reseña aquí), fue una historia de aventuras y bandoleros, con una narración sencilla, atrayente, que nos trasladó a Ronda a finales del siglo XIX.

Casualmente Valentina
Autora: Elena Garquin
ISBN 9788416331130
336 páginas
Rústica 15 x 23 cm.
Colección: Phoebe


Benavente, 1886. A Rafael Mejía la vida le sonríe. Es un hombre de éxito, joven, atractivo y arrogante, y acostumbra a conseguir lo que quiere en un abrir y cerrar de ojos, tanto en los negocios como en el placer.

Valentina, la humilde empleada de una posada de dudosa reputación, será su siguiente víctima. Una muchacha tan dulce como hermosa por quien se siente irremediablemente atraído, hasta el punto de convertirla en la principal candidata para ocupar su cama, sin imaginar que, con ella, comenzarán sus problemas.

Para Valentina, la impactante aparición de Mejía provoca un enorme cataclismo en su apacible vida. Resuelta a no sucumbir al enorme embrujo que ejerce sobre ella, combatirá su oscuro atractivo de la única forma posible: conquistando un duro corazón que él presume de no poseer.

Desde los fastuosos salones del Casino de Benavente hasta el oculto corazón de la sierra de la Culebra, Valentina seguirá a Mejía en un viaje plagado de peligros y sombras de los que Rafael la intentará alejar, pero ¿será capaz de eludir con la misma fuerza el poder del amor?


Casualmente Valentina es un intenso y tórrido romance ambientado en la provincia española de Zamora, allá por el año 1886, en un momento de la historia en que el gobierno estaba agitado tras la muerte del rey Alfonso XII. Entre anarquistas y republicanos, Rafael Mejía, miembro destacado de la ciudad de Benavente, se ve atraído por una muchacha de la villa de nombre Valentina. Un asesinato sin resolver, una venganza que cobrar y un atentado que frustrar serán los ingredientes de la historia de amor entre dos personajes con mucho carácter.

Rafael Mejía es el líder de Los Vigilantes de Castilla, un cuerpo especial al servicio de la Guardia Civil que se encarga de la protección privada de la villa de Benavente, capturando anarquistas, bandoleros y toda clase de maleantes. Goza de una buena posición social, es respetado por los suyos y temido por sus enemigos, su nombre es reconocido por todos los de la zona. Igual que su reputación. Rafael es mujeriego, y no oculta que le encantan las mujeres para un único propósito. Prepotente, engreído y con las cosas claras, coge lo que quiere cuando quiere y como quiere, y no tiene sentimiento alguno cuando debe deshacerse de una mujer.

Pero su forma de pensar y de actuar cambia cuando se cruza en su vida Valentina, una sencilla joven que trabaja en la posada que frecuenta. Valentina es obstinada, orgullosa, e igual de terca que Rafael. Desde el primer momento, el carácter de ambos chocará. Él no quiere dejar traslucir que siente una atracción irrefrenable por Valentina, mientras que ella intentará conservar su orgullo y resistirse al poderoso y masculino atractivo de Rafael.

En mitad de un trabajo, tratando de capturar a un delincuente, Rafael recibe una herida que lo deja convalenciente al cuidado de Valentina. Ella se queda prendada de su belleza, de su poderosa masculinidad; cuando Rafael la encuentra, no puede evitar desearla y soñar con tenerla jadeando bajo su cuerpo. Él es consciente de que despierta pasiones entre las mujeres, no tiene que esforzarse demasiado con ellas y tiene asumido este talento natural, lo que le otorga ese carácter tan arrogante. Pero Valentina tiene orgullo y sabe, por la experiencia de sus compañeras en la posada, que Rafael es indiferente al amor; no se dejará seducir tan fácilmente.

Decidido a hacerla suya, la invita a una fiesta en casa de la baronesa Claudia Guzmán, una antigua amante de Rafael. Allí, Valentina tendrá que hacerse pasar por dama y esquivar a Jaime Chacón, un banquero que, a su vez, está siendo investigado por Rafael. Y es que el protagonista recibe un importante encargo: el de limpiar el nombre de Lorenzo de Casanueva, huido de la justicia y acusado falsamente de asesinato; además de evitar, a toda costa, un atentado.

Para evitar que Valentina sea el objetivo de cualquier otro hombre que no sea él -y bajo el pretexto de protegerla-, la lleva a su hacienda, La Albacara. Pero Valentina no va a quedarse de brazos cruzados y burlará la vigilancia de Rafael las veces que haga falta.

Estamos ante una historia sensual, llena de escenas cargadas de tensión y diálogos repletos de ingenio. Rafael no está dispuesto a demostrar que tiene sentimientos hacia Valentina, los negará, demasiado orgulloso para reconocer que la muchacha le importa. Por su parte, Valentina no se dejará intimidar ni por el temperamento de Rafael ni por sus intentos por seducirla. Toda la novela se encentra en la relación entre Valentina y Rafael, un tira y afloja constante, en el que ninguno de los quiere dar su brazo a torcer. Son igual de tercos, igual de apasionados e igual de impacientes.

El desarrollo de la historia es lineal, el centro mismo es la relación sensual de los protagonistas, mientras que las investigaciones y el resto de ambientación quedará en un segundo plano. La heroína luchará por mantener su posición y su dignidad, sin venirse abajo en ningún momento, mientras Rafael insiste en justificar su comportamiento, considerando que es demasiado hombre para tener sentimientos. Así lo demostrará durante buena parte del relato y lo mantendrá hasta el final, sin perder un ápice de vanidad. Igual que Valentina, que sabe que para mantener a alguien como Rafael a su lado necesita tener mano dura con él.

Un desenlace bien atado que converge hacia la única solución posible. Damas de alta cuna, campesinos, bandidos y anarquistas, se cruzarán en esta historia donde prima la aventura y la pasión. Una narración sencilla, elegante e ingeniosa, la autora sumerge al lector en el ambiente de la época. Me ha gustado por su vertiente erótica, por sus sensuales escenas, por la pasión de los protagonistas y por la tensión presente en toda la novela. Por Rafael, tan cabezota, tan honorable y tan prendado de Valentina. Me ha gustado Valentina, pura pasión, nobleza y amabilidad, sin remilgos. Escenas sensuales con palabras adecuadas en el momento adecuado, narración perfecta, unos personajes que no pierden su esencia en ningún momento. Recomendada para los amantes de los romances tórridos ambientados en España a finales de siglo.

Nota (spoiler): Me gustaría comentar algo personal y es que mientras leía la novela, encontraba algo familiar en algunos de los personajes secundarios. Aunque leí La heredera hace un par de años, cuando se publicó, algo me decía que Casualmente Valentina tenía alguna relación con los personajes. Efectivamente, Diego de Casanueva, el hombre que contrata a Rafael para investigar el asesinato, y su esposa Elena, son los protagonistas de La heredera.


Si has leído la  novela, deja un comentario y hablamos sobre ella.
 


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