La lectura está todavía caliente. No hace ni cinco minutos que he terminado este libro, que me ha durado cinco largos días porque era incapaz de dejar de leerlo y he tratado de darle tiempo para disfrutarlo. Por fin tenemos nueva novela de Shayla Black, una de las mejores autoras de novela erótica contemporánea, cuyos libros conservo bien cerca para echarles un vistazo cuando las musas me abandonan. En fin, que es mi autora favorita y andaba un poco impaciente por leer su nueva novela. Llevo siguiendole la pista desde que comenzó a escribirla el año pasado y lo anunciaba en su Facebook, cuando todavía estaba leyendo Me perteneces. Mía para siempre es la sexta novela de la serie Guardaespaldas (Wicked Lovers), publicada por Pàmies.
Mía para siempre
Tyler Murphy se ve empujado a los brazos de Delaney, la esposa de su compañero en el departamento de policía de Los Ángeles, después de que éste recibiera un disparo. En una noche de borrachera, y tras una proposición sorprendente, Delaney y Tyler terminan haciendo el amor de una forma desenfrenada que nunca antes habían conocido. Sin embargo, para evitar que el matrimonio de sus mejores amigos acabe en ruptura, Tyler tiene que marcharse y dejar atrás a la mujer que ha comenzado a amar.
Dos años después, Tyler sigue sin poder olvidar a Delaney a pesar de sus muchas amantes. De repente se encuentra la mujer que ama en la puerta de su casa con un hijo desconocido en los brazos, explicándole que debido a una investigación periodística un asesino ha intentado matarla en dos ocasiones. Tyler sabe que se está ante la oportunidad de su vida y que debe aprovecharla para conquistar su corazón. Pero antes tendrá que superar dos peligros: el asesino que persigue a Delaney y la culpa que les corroe el corazón.
Debo decir que el argumento no llamaba nada mi atención, pero era Shayla y había que leerla sí o sí. El caso es que Tyler tampoco fue un personaje que me atrayera especialmente cuando apareció como secundario en la novela Deliciosa rendición y habiendo leído las novelas anteriores dónde los protagonistas tenían tendencias domante-agresivas, pues como que una historia sin ese añadido perdía un poco de intensidad. Y sí, es verdad que pierde un poco si le quitamos la magia del fetichismo que tan bien se le da a Shayla Black. Pero estamos ante una historia romántica, de suspense, con mucho erotismo y debo decir que por una vez, la autora ha acertado con el trasfondo.
Tyler es un antiguo agente de la policía, un detective de antivicio que trabajaba en Los Ángeles y se ha traslado a la pacífica ciudad de Lafayette, en Dallas, dónde viven todos sus amigos (nada más y nada menos que todos y cada uno de los personajes de las cinco novelas anteriores). Su existencia se ha reducido a trabajar de guardaespaldas para un club de striptease y cada noche se acuesta con una chica diferente. Siente predilección por las strippers y se ha ganado una buena fama como amante, tanta, que las propias chicas llegan a pelearse por él. Así que su antigua jefa Alyssa hace causa común con el resto de las esposas de sus amigos para solucionarle la vida, para que se centre y deje de comportarse como un adolescente, metiéndose bajo las faldas de cualquier chica que le pasa por delante. Es entonces cuando Delaney decide presentarse en su casa para pedirle ayuda y que, mientras ella investiga un caso, cuide de Seth, su hijo. Delaney no tiene a nadie a quién recurrir, la relación que tuvo con Tyler provocó su divorcio, ha huído de Los Ángeles porque un poderoso fiscal intenta matarla. Ha descubierto la relación del funcionario con un importante narcotraficante local y está a punto de publicar un artículo sobre la corrupción que puede salpicar a políticos e incluso agentes del departamento de policía. Alguien quiere quitarla de en medio antes de que consiga reunir todas las pruebas.
Pero Tyler no está dispuesto a dejar que ella se ocupe sola del caso ni quiere que el niño se quede sin madre. Todavía recuerda lo que descubrió la noche que estuvieron juntos, que Delaney es la mujer de su vida, que conectaron, que desde que se separaron no ha podido querer a otra mujer y se ha escondido entre un montón de amantes para buscar a alguien que llene el vacío que siente. De este modo, en contra de la voluntad de Delaney, regresará con ella a Los Ángeles para recuperar las pruebas, implicar al fiscal corrupto y lograr que ella pueda vivir para ver un nuevo día sin que nadie la persiga para matarla.
Tyler es el clásico hombretón obsesionado con el sexo, desde el momento en que se reencuentra con Delaney su pensamiento varía muy poco: sigue pensando en sexo, pero en tener sexo con ella y esa obsesión se prolongará durante el transcurso de la historia. Para él todo es muy sencillo, quiere estar con Delaney, quiere acostarse con ella muchas veces, a todas horas, sin parar. Pero conserva el sentido común y sabe que no puede volver a tocarla si ella no quiere, porque hace años que sus vidas tomaron rumbos distintos. Sin embargo, ahora que ella ha vuelto a él, no desea dejarla marchar y poco a poco se dará cuenta de que está colgada por ella. Tyler es un personaje muy clásico, muy centrado en lo que quiere, muy leal y con tendencias cavernicolas. Quiere tener a Delaney, quiere que sea suya, demostrarle a todo el mundo que ella es suya, quiere protegerla, cuidarla y sobre todo quiere hacer el amor con ella, darle placer, tranquilizarla y hacer desaparecer todo el miedo que siente. No está sumido por la culpa de lo que hizo con Delaney, pero sabe que ahora ella necesita alguien y él quiere demostrarle que es un hombre diferente.
Por su parte, Delaney es una mujer que ha sufrido un poco por amor. Estuvo casada con Eric, ex-compañero de Tyler en Antivicio, pero se separaron cuando Tyler y ella acabaron haciendo el amor desenfrenadamente. Eric la tiró a la calle justo cuando ella descubrió que estaba embarazada y tuvo que pasar todo el proceso sola, sin ayuda de nadie. Crió a su hijo sola y siguió trabajando para darle un futuro mejor hasta que se cruzó con Carslon, un fiscal corrupto. Desde ese mismo instante supo que irían a por ella y ha tenido que recurrir a Tyler para que cuide de su hijo. La culpa la corroe desde que se acostó con Tyler, en el fondo estaba enamorado de él, pero ahora esa parte ya la ha superado y está convencida de que Tyler no puede cambiar de la noche a la mañana solo por ella. Tyler es un hombre al que le gusta cambiar de amante, mantenerse fiel no está en su naturaleza y aunque han pasado mucho tiempo distanciados, los celos hacen estragos en su alma y empieza a darse cuenta de que tal vez no ha logrado olvidar lo que ocurrió aquella noche y que realmente sigue amándole.
Ambos personajes se complementan a la perfección. Los dos intentan tirar por caminos distintos, pero siempre confluyen en el mismo punto. La parte positiva de Tyler es que se comporta exactamente como promete, se mantiene fiel a sus convicciones y lucha por ellas y por Delaney. El cambio que sufre al reencontrarse con Delaney resulta de lo más natural y sus argumentos son tan sólidos que es imposible dudar de él. Desde el momento en que los dos personajes se juntan, el cerebro de Tyler funciona en una única dirección y no se desvía del camino en ningún momento. Por su parte, Delaney es un personaje que, aunque no destaca por nada en especial, es precisamente por ser una mujer muy normal lo que la hace intenresante. No es la tipica chica protagonista que no sabe nada de sexo o que le da vergüenza hacer tal o cual cosa. Ha estado casada y ha parido un hijo, así que todos esos remilgos quedan fuera porque, en cierto modo, esta novela no trata sobre descubrir la sexualidad de sus protagonistas, sino resolver un caso de corrupción.
El tema de la infidelidad que Delaney cometió con Tyler resulta una revelación de lo más sorprendente por lo insólito de la situación, pero dada la trayectoria de la autora no resulta nada extraño de imaginar. Del mismo modo, si bien la mayoría de los trasfondos presentados en las novelas anteriores eran un poco flojos porque no resultaban nada convincentes, esta es sin duda una de las historias más creíbles que nos ha presentado Shayla Black en sus novelas. Se trata de una historia puramente romántica, apasionada, descrita en un entorno lleno de tensión, dónde la resolución del caso es a la vez una liberación y una sentencia. Delaney no quiere volver con Tyler porque no quiere sufrir de nuevo y Tyler sufre a su vez porque a medida que se resuelve la trama, se da cuenta de que ella se marchará de su lado y eso le rompe el corazón. De este modo, el final del caso es un camino de una sola dirección y una vez todo se haya solucionado, sus caminos se separarán. Tyler tiene muy poco tiempo para salvar la vida de Delaney y además demostrarle lo mucho que la ama.
Toda esta angustia está repleta de situaciones de alta sensualidad. De lo contrario, no sería una novela de Shayla Black. Uno puede darse cuenta de la enorme trascendencia que pueden tener las escenas eróticas de esta historia, porque nada es sexo gratuito y sin sentido. Todo está perfectamente justificado, enlazado con la trama principal y estas situaciones provocan incluso cambios en los personajes. Por si esto no fuera poco, esta novela ha mejorado en cuanto a calidad y la prosa ha mejorado mucho respecto a las novelas anteriores. No quiere decir que las de antes no sean buenas novelas, pero su forma de describir las situaciones son realmente sublimes.
En definitiva, hay que leerla. Y hay que leerla para quitarse de encima la tontería causada por esa trilogía que no voy ni a mentar, porque simplemente no hay punto de comparación posible. Esta es una buena historia de amor repleta de erotismo, con un trasfondo que aunque simple, está tan bien llevado que resulta creíble y ofrece exactamente lo que promete, sin engaños. ¡Leed, malditos, leed!
Esta es la sexta novela de la serie y Shayla Black anda metida de lleno en la conclusión de la siguiente historia. ¡La ha escrito en menos de tres meses!, y si todo va bien, será publicada en el mes de Mayo. Según anunciaba en su Facebook hace unas semanas, ha firmado con su agente hasta dos novelas más de la saga, siendo entonces un total de 9 novelas, de las que poco sabemos, salvo que probablemente traten de temas ya conocidos por Shayla como es el BDSM y todo apunta a que uno de los protagonistas futuros será el dueño del club de dominación que aparecía en Me perteneces (deseando leer este ¡ya!).
Sin más, os dejo con el primer capítulo de la novela, hasta la reseña que viene ;)
Autor: Black, Shayla
Colección Phoebe
320 Pag.
PVP 18.95 €
ISBN 978-84-15433-06-4
Rústica 15 x 23cm
Me has animado, buscare el librito.
ResponderEliminarGracias.
Saludos
Sublime lo de " leed, malditos, leed". Desde luego que lo voy a hacer, estoy deseándolo. Empezare con Me perteneces. Un beso guapa!!
ResponderEliminarMe lo acabo de terminar hace nada!! es Shayla Black 100% !!! pero para mi será porque ya es el sexto libro que a nivel de escenas de sexo no me ha contado nada nuevo ni me ha sorprendido y a nivel de historia pues en su linea nada nuevo! me sigo quedando sin duda alguna con la historia de Jack y Logan, para mí hasta ahora insuperable! de todas formas no creo que haya que hacer comparaciones cada autora escribe su historia como quiere y le apetece y lo que si tengo claro es que porque Shayla Black escriba erótica y toque el tema BSDM ya no puedan hacerlo otras autoras de otras formas y se les tenga que estar constantemente comparado. Está claro que todo es ficción ninguna está contando lo que es el BSDM a nivel real en la vida! Que unas historia pueden gustar más que otro pues si, pero eso es como todo en la vida, es mi opinión. Desde luego yo estoy deseando leer el nuevo Triller Erótica que va a sacar Lena Valenti Amos y Mazmorras porque sé que no se va a guardar nada y se va a tirar al rio de cabeza y con todas las consecuencia ;)
ResponderEliminarUn saludo.