Lo que deseo - [Adictos a la escritura]

Buenos días. Para empezar de nuevo con la actividad del blog, regreso de nuevo con los proyectos que dejé en el tintero. El primero de ellos es el grupo de Adictos a la escritura. Este mes el ejercicio consiste en escribir en primera persona y cambiando el género del escritor, es decir, que debo escribir desde el punto de vista de un hombre. No creo que el estilo cambie demasiado porque he escribo desde esta perspectiva otras veces, vamos a ver qué sale. Espero que os guste :)

Lo que deseo

No sé exactamente qué es lo que deseo. Allí está ella, esperando a que responda a su pregunta; aquí estoy yo, pensando qué parte de su cuerpo poseer primero. Podría hacer cualquier cosa, tengo tantas posibilidades que me seduce la idea de ser realmente perverso. Pero no quiero inquietarla, aunque piense que soy monstruo tengo que seducirla, tomarla por la fuerza no es tan estimulante como lograr que se rinda a mis encantos.

Avanza un paso en mi dirección, la espada en alto y la expresión firme. Va vestida con una de sus túnicas plateadas, de seda tan fina que me permite adivinar sus gloriosas formas a través de sus pliegues. Es de cuerpo endeble, piel suave como algodón, carne tierna, miembros delgados y pechos pequeños. Es tan frágil que podría tumbarla con un movimiento de la mano. Pero no soy idiota, ella también podría tumbarme con un aleteo de sus pestañas o un susurro de sus tiernos labios. Yo soy un guerrero, pero ella es una hechicera. Solo obtendré ventaja si logro acercarme a ella lo suficiente, cosa que no es tarea fácil.

—¿Cómo has llegado hasta aquí? —vuelve a preguntar.

—Me he abierto paso a través de ellos.

Levanto el brazo de la espada, mostrándole la sangre que baña la hoja, la sangre de todos los que han intentado detenerme mientras intentaba llegar hasta sus aposentos privados. Está asustada, lo noto. Puedo oler su miedo, puedo sentir las vibraciones del terror que la recorre, pero es tan terca y orgullosa que no lo demostrará. Eso hace que la desee todavía más.

—Te mataré —gruñe la preciosa mujer de piel plateada, sus gestos de furia me resultan tiernos porque no me da ningún miedo. Pero en el momento en que empiece con sus letanías, puedo darme por muerto si no soy lo bastante rápido.

—¿Por qué? —pregunto. Muevo los pies para desplazarme hacia la derecha y hacia ella, un paso que me acerque más a la parte más endeble de su defensa. Mantiene la guardia alta, pero su esgrima no tiene el mismo nivel que la mía, igual que yo no estoy al mismo nivel que su poder—. Llevo encerrado dos años en tus mazmorras, has tenido tiempo suficiente para condenarme por mis crímenes. ¿Por qué has esperado tanto tiempo para matarme?

—Te odio —escupe furiosa. Da otro paso. Está temblando. ¿Por qué todavía no me ha lanzado uno de sus rayos mortales y ha acabado conmigo? No lo entiendo, pero mejor para mí, si consigo distraerla lo suficiente lograré mi objetivo.

—Me deseas —provoco. Ella reacciona de un modo inesperado, mi inocente acusación provoca un escalofrío en su delicioso cuerpo y la veo vacilar. Le tiembla el labio, se le entrecierran los ojos y se le encienden las mejillas. Toda su piel se ruboriza de una forma tan evidente que puedo verlo gracias a las transparencias de la seda—. Por eso sigo vivo, porque me deseas —la presiono un poco más.

Se lanza con una estocada directa hacia mi pecho. Es más rápida que yo, eso no lo voy a negar, pero ella ha podido hacer uso de sus brazos y sus piernas durante los dos años que yo he pasado encerrado y encadenado, no estoy en mi mejor momento. La hoja se abre paso a través de mi carne, le anulo la estocada y desvío su espada, pero ha conseguido lanzarme un tajo en el pecho que empieza a arderme. Se recupera con un asombroso giro y el filo besa la piel de mi hombro, abriéndome otro corte profundo. Con una energía impropia de su delgado cuerpo, me abre otro corte en la pierna.

Retrocedo como un perro apaleado y sangrando como un cerdo, manteniendo la guardia y las distancias. Estoy jodido. Por el filo de su hoja de plata resbala mi sangre oscura, cubriéndole los pulidos nudillos de un rojo tan intenso que parece una mancha de sangre sobre la nieve. Resopla por la nariz, su pecho se agita por el esfuerzo y su expresión es de absoluta concentración.

Me abalanzo sobre ella con un poderoso grito. Mi voz la asusta más que mi movimiento, tanto que se le aflojan las muñecas y le arranco la espada de las manos con una fuerte estocada. Retrocede con un alarido de sorpresa, indefensa y me lanzo sobre su cuerpo con una enérgica embestida del hombro. La levanto del suelo y me la cargo en la espalda, soltado el arma mientras recorro el camino que me separa hasta su lecho, donde la dejo caer entre suaves almohadones.

Empieza a canturrear y a mover las manos, pero le cubro la boca y le agarro uno de los brazos. Es tan frágil que si aprieto un poco más le romperé los huesos. Me araña la cara con la mano libre y me agarra por el pelo, no tiene mucha fuerza pero sí un exceso de energía. Se revuelve como un gato lanzándome patadas y arañazos, pero me mantengo impasible ante sus ataques, recibiendo todos sus golpes. No voy a devolverle ninguno, no quiero hacerlo. Antes me arrancaría la piel que hacerle daño.

Al final, se calma y las lágrimas surcan sus mejillas de porcelana. Libero sus brazos y su boca y me arrodillo a su lado. Cogiéndola por detrás de la cabeza, inclino mi rostro sobre sus labios y la beso despacio, algo que llevo queriendo hacer desde que la vi por primera vez, hace quince años. Ella me acuna la cara entre las manos y noto su lengua dulce y tierna tomar posesión de mi boca. Me vuelve loco.

Le arranco la seda del cuerpo y contemplo, no sin horror, los tatuajes y escarificaciones que cubren su piel perfecta. No hay ni un trozo de piel sin arañar, sin maltratar y la rabia me ciega al descubrir el sufrimiento al que ha estado sometida todo este tiempo.

—¿Quién te ha hecho esto? —pregunto furioso. Me enfurece saber que la mano ejecutora de sus cicatrices probablemente muriera bajo mi espada sin que yo lo supiera.

—Es la tradición —contesta ella, orgullosa de sus heridas. La beso con fiereza, odio sus malditas tradiciones, no soporto saber que ha sufrido dolor, verlo reflejado en su cuerpo me pone enfermo. Me abraza y aprieta su cuerpo al mío, manchándose con toda la sangre que cubre mi armadura rota, clavándose las puntiagudas placas de metal. La tumbo sobre la cama, apartándola de mí y ella me mira como siempre me ha mirado, con pena.

—¿Ya no me deseas? —pregunta.

Yo ya no sé qué deseo.

22 intimidades:

  1. Me ha gustado mucho la forma de expresar los pensamientos y las emociones del personaje. La historia está bastante bien, me ha gustado mucho, pero... (Siempre hay un pero, y este es subjetivo) me ha faltado algo de información, como por ejemplo donde ocurre ese suceso, por qué él ingresó en sus celdas... Y el final te deja muy indeciso sin entender por qué esa actitud del hombre tan de repente. Aun así, me ha gustado mucho la historia.

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    1. Hola Cristina, gracias por comentar :) Tienes toda la razón en que falta información, pero ya cumplí el máximo permitido xD Me hubiera gustado desarrollar más la idea, quizá en un futuro escriba la historia completa, pero solo he podido escribir hasta ahí. Yo es que soy de escribir mucho, a veces tengo que cortarme las alas ^^"

      Saludos!

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    2. Cierto, no me qcordaba de que teníamos un límite. Es una pena. Y te entiendo, yo soy de escribir bastante, por eso la historia que escribí para el proyecto de este mes quedó como "cortado" porque si seguía más... Me montaba una novela de amor imposible!

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  2. Ah, este cuento me ha gustado mucho!!!

    Es muy velado, la atmósfera está logradísima y la tensión entre los personajes es convincente, lo mismo que el desenlace. La narrativa está muy pulida también.

    Bravo :)

    Saludos!

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  3. ¡Hola! Es un relato genial, estupendamente narrado.

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  4. Estaba faltando Paty para darle calor a esto :-P
    Muy bueno tu cuento!! Me quedé con la intriga, de pura romántica que soy, por saber toda la historia, si se conocían desde hacía tanto qué los mantuvo apartados y por qué acabó él en la mazmorra...
    No suelo pedir esto, pero estaría bueno que siguieras escribiéndola :-)

    Besos!!

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    1. Como lo sabes :D No puedo dejar un relato sin tensión, como que me falta algo xD

      Yo también me quedé con la intriga, me dio un venazo romántico mientras lo escribía y se me abrió la cabeza con las posibilidades. Más o menos tengo claro que hace él en las mazmorras y cuanto tiempo llevan amándose en silencio. Tengo ganas de escribirlo, la verdad :)

      Besos!!

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  5. Me ha gustado, los dos personajes tienen mucha fuerza y no podía parar de sentir la química que desprendían a cada nueva palabra que leía. Me intriga qué les sucedió y eso hace que me haya gustado más. ¡Felicidades!

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    1. Muchas gracias. La idea era esa, la química, la intriga y no saber qué les ocurrió ^_^

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  6. Anónimo0:57

    Muy lindo, felicitaciones :)

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  7. Muy bueno, Paty!!
    Me encanta la sutileza de la narración :-)

    Besos!!

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    1. Gracias!! Como no podía escribir mucho, he dejado caer la información poco a poco :D

      Besos!

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  8. ¡Me ha gustado mucho! Me hubiera gustado que continuara.

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  9. Le has dado una atmósfera muy sugerente, Paty, pero yo también quiero más historia. Saludos.

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  10. Óraleee! A esto es a lo que llamo" amor salvaje". ¿Será que el guerrero todavía tenga ganas de sexo, después de haber recibido cortes en varias partes del cuerpo? Bueno, todo es posible en la imaginación.
    Me encanta tu narrativa, de verdad me gusta.
    Cariñosamente : Doña Ku

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  11. Yo. Quiero. Leer. Esa. ¡¡Historia!! :O Tan sorprendente como adictiva. Me llevó hasta un mundo medieval donde todo es posible. La verdad, he de decir, no me suelen gustar las novelas eróticas en ciertos...siglos, por así decirlo. Me divierte la romántica histórica de la época victoriana y similares, pero los Higlander son un poco extremos. Sin embargo tú conseguiste trasladarte hacia el medievo, pero aportando la fantasía suficiente como para resultar una combinación explosiva, pero no tanto como la química que hay entre ambos personajes ;) Un gusto leerte.

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  12. Repleta de sensaciones, me ha encantado. ¡Quiero más¡. Me encantaría que la desarrollases y seguirla. El final no lo he entendido y creo que es el sentimiento de desconcierto lo que hace que mi imaginación se haya disparado intentando justificar el rechazo final. ¿Se da cuenta que ella está acostumbrada a someterse sin sentir?. Enhorabuena :)

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  13. Genial, perfecto, intenso, emocionante. Es un mar de sensaciones en las que me has sumergido, me ha encantado de principio a fin!

    Saludos!

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  14. Sí, en efecto, he ahí un personaje que no sabe lo que desea.... Y pensar que hizo falta tanta sangre para que llegara a ese punto.

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